Eran dos pescadores, hermanos gemelos, uno soltero y el otro casado....
El soltero tenía una lancha de pesca, ya vieja, que era la herramienta con la que lograba su sustento.
Un día, muere la esposa del hermano casado y, como las desgracias no vienen solas, la lancha del hermano soltero se va al fondo del mar tambien en ese dia.
Una viejecita del pueblo, curiosa , va a darle el pésame al hermano casado, ahora viudo, pero confunde a los gemelos y se dirige al que ha perdido la lancha.
- Recién me enteré. ¡Qué pérdida tan enorme! Debe ser terrible para tí.
- Sí, estoy destrozado, pero es preciso enfrentar la realidad. Debo reconocer que estaba ya vieja.
La rajadura de adelante estaba tan grande que ya no había con qué llenarla y el agujero de atrás se agrandaba más cada vez que la usaba. Además estaba deformada al medio y no se le podía quitar el olor a pescado. La parte de atrás estaba bastante caída y las curvas de adelante casi habían desaparecido. Pero yo me siento culpable porque se la prestaba a cuatro amigos para que se divirtieran, y aunque les pedí que la usaran con cuidado, se montaron los cuatro a la vez y ella no aguantó.
La pobre viejita, cayo muerta, por un infarto... la enterraron al dia siguiente...
P.D. La vida esta llena de malos entendidos...
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