sábado, 22 de marzo de 2014

APRENDER A ENVEJECER


El ritmo trepidante de la existencia y la evolución progresiva, lenta, pero irreversible, nos va empujando hacia nuestro destino. No es posible detener este proceso que transforma lentamente a los seres vivos, que produce cambios físicos, sensoriales y psíquicos en las personas.
Cada etapa de la vida guarda sorpresas para quien la vive y desea gozar en plenitud de este don maravilloso, para quien tiene capacidad de asombro y agradece cada nuevo despertar.
Se envejece como se vive, por esta razón hay quienes consideran a esta etapa de la vida como una maldición, una desgracia que los lleva a un fatal desenlace, otros consideran la vejez como una bendición, como un regalo especial, como una oportunidad que se nos concede para coronar la vida, para construir día a día nuestra vida fuera de este plano terrestre.
Aprendamos a envejecer. Sólo se requiere aceptar nuestro paso por el tiempo, quemar cada etapa de la vida con dignidad, vivirla con alegría; tener la mano extendida para dar tanto como para recibir; dejar en el surco de ella semillas de luz, amor y paz y prepararnos para vivir la siguiente como lo que ella realmente es: "Un preciado regalo de nuestro Padre Celestial".



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