Te advertimos: es posible que llores sobre el teclado. Nosotros lo hicimos cuando vimos la foto de arriba, que muestra a una jirafa acariciando a un hombre a través de una ventana.
El hombre, Mario, es un voluntario de 54 años que trabajó en el Zoológico de Róterdam en Países Bajos durante varios años. Tras ser diagnosticado con un tumor cerebral terminal, tuvo un solo deseo: despedirse de los animales que cuidó.
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