sábado, 1 de noviembre de 2014

Te has preguntado alguna vez cómo son elegidas las madres de niños especiales?


Yo imagino a Dios en las alturas seleccionando sus instrumentos de procreación con gran cuidado y deliberación.
Después de una larga enumeración, el Señor se detiene, le pasa el nombre a un ángel, sonríe y le dice:- Da a ella un hijo especial.
El ángel sorprendido, pregunta:- ¿Por qué a ella Señor? Es tan feliz- .Precisamente por eso –contesta sonriendo- ¿Podría acaso dar un niño especial a una madre que no sabe sonreír? Sería cruel- .
Pero… ¿Tendrá paciencia? –pregunta el ángel.
- Yo no quiero que ella sea demasiado paciente, porque se podría ahogar en un mar de quietud y autocompasión una vez que el impacto y el resentimiento hayan pasado.
Ella hará llevadera su labor. Hoy, la miré, ella goza ya de independencia y autosufrimiento.
El niño que estoy dándole tiene su propio mundo y ella deberá hacerlo vivir en el suyo, y no será fácil.-
Señor, yo no sé siquiera si ella cree en Ti.
– No importa, lo puede arreglar, sigo pensando que ésta es la mujer perfecta… Además, tiene algo de egoísmo.El ángel estupefacto consulta:- ¿Egoísmo… es eso una virtud?
El Señor vuelve a sonreír y agrega:Si ella no pudiera separarse ocasionalmente de su hijo nunca sobrevivirá… sí, aquí, ésta es la mujer a quien bendeciré con un hijo menos que perfecto.
Ella no se da cuenta todavía, pero será envidiada.
Nunca tendrá límites, hasta el mundo verbal lo verá insuficiente, porque un gesto, una mirada o una señal, serán los mensajes más completos de amor.
Si ella describe un árbol o un atardecer a su hijo que no puede ver, oír o entender, mirará sus creaciones como propia revelación.
Permitiré que ella vea claramente las cosas que sólo Yo puedo mirar. La ignorancia, la crueldad y los prejuicios… permitiré que ella supere todo aquello.
Nunca estará sola, yo estaré a su lado cada minuto de sus días porque estará haciendo Mi trabajo, y tan acertadamente como si lo hiciera YO…




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