sábado, 22 de marzo de 2014

SENCILLEZ


Sencillez no es la expresión externa, pocas posesiones, ropas, cosas como pensamos ya que esta sólo puede originarse interiormente, y de ahí proviene la expresión externa. Lo que uno es en su interior fluye al exterior. Es esencial, y sólo puede surgir cuando empezamos a comprender el significado del conocimiento propio.

Interiormente somos prisioneros, aunque en lo externo parezcamos muy sencillos. Deseos, apetitos, ideales, e innumerables móviles nos hacen esclavos. Y, para encontrar la sencillez debemos ser libres.

Al investigar nuestro ser nos hacemos cada vez más libres y más sensibles. Cualquier forma de autoridad o coacción, interna o externa, contribuye a la insensibilidad. Ninguna forma de coacción puede conducir a la sencillez, al contrario, cuanto más reprimís, sustituís, sublimáis, menos sencillez existe, aunque exista cierta apariencia.

Por eso el hombre religioso no es, en realidad, el que viste una túnica o el que ha hecho votos, sino aquél que es interiormente sencillo, aquél que no está "transformándose" en algo. Una mente así es capaz de una extraordinaria receptividad, porque no tiene barreras, no tiene miedo, no va en pos de nada y es, por lo tanto, capaz de recibir la gracia, de recibir a Dios, la verdad o como os plazca llamarlo. Sólo entonces puede haber felicidad, porque la felicidad no es un fin, es la expresión de la realidad.




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